Igualmente como las condiciones en el entorno obligan a adaptarse a las personas, las plantas y todos los seres vivos alrededor de la tierra, también lo hacen los gérmenes. Aunque los virus no están técnicamente vivos, pero requieren un organismo anfitrión para reproducirse, están sujetos a las presiones de adaptación.
El sistema inmunológico humano utiliza una serie de tácticas para combatir los patógenos. El trabajo de este patógeno sería evadir el sistema inmunitario y producir más copias de sí mismo para y propagarse a otros anfitriones.
Las características que ayudan a un virus a realizar su trabajo están inclinadas a mantenerse de una generación a otra. Las características que hacen que sea difícil para el virus para propagarse a algún otro huésped tienen una tendencia a perderse.
Tomar, a modo de ejemplo, un virus que tiene una mutación que hace que sea especialmente mortal para el huésped humano y también mata al huesped en cuestión de horas. El virus requiere un anfitrión fresco y sano para que sus propios descendientes sobrevivan. Si matas a tu anfitrion antes de que este infecte a otras personas, esa mutación desaparecerá.
Una manera en que los huéspedes se protegen de un virus es creando radicales. Los anticuerpos se unen a las proteínas en la superficie externa de un virus y le impediran entrar en las células del huesped.
Un virus que parece diferente de los diferentes virus que han infectado el huesped tiene una ventaja: el anfitrión no tiene inmunidad preexistente, en el tipo de anticuerpos, contra ese virus. Muchas adaptaciones virales implican modificaciones en la superficie exterior del virus.
Los virus pueden evolucionar mucho más rápido que el sistema inmunológico, y esto les proporciona una ventaja en la reproducción ininterrumpida. Algunos virus, como el VIH, funcionan básicamente al engañar al sistema inmunológico. Los virus causan muchas enfermedades, como alergias, sarampión, varicela, VPH, herpes, rabia, SARS y gripe. Aunque son pequeños, tienen un efecto desastroso.
Debido a estas mutaciones característica de gérmenes, están consiguiendo ser de gran alcance y más resistentes a las terapias tradicionales.
Lo fantástico es que el hecho de entender estas cualidades acerca de ellos permite a los científicos y a los investigadores estar alertas y crear nuevas soluciones terapéuticas para combatir eficazmente las embestidas de las mutaciones de virus.
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